Rosanna Yoga

DSC 3718

5 ejercicios de Mindfulness para el día a día

Muchas veces cuando oímos que alguien practica Mindfulness podemos pensar, Pero, ¿Cómo lo hacen? ¿Cuándo tienen tiempo? ¿Cómo se concentran? ¿Hicieron algún curso? Y la verdad es que en el día a día hay un montón de cosas que hacemos de las que podemos aprovecharnos de los beneficios de esta técnica.

Son actividades diarias que normalmente hacemos y como las hacemos cada día nuestro cerebro las agrupó en el cajón de: “Esto ya lo sé hacer muy bien así que lo hago sin prestarle atención”. Pero la verdad, son simples actividades que si las devolvemos al grupo de la consciencia nos pueden traer muchos beneficios.

Compartiré contigo algunos ejercicios que intento incluir en mi día a día.

Hola, café:
(o té, o agua) para mi, este es uno de mis momentos favoritos del día. Cada día me levanto 15 minutos antes sólo y exclusivamente para poder tener este espacio de tomarme un café en silencio. Me gusta escuchar el sonido de la cafetera, observar el proceso de elaboración y, mi parte favorita, es cuando comienza a salir la primera gota de la cafetera y realmente despertar con ese aroma. Así de sencillo, así de simple. Tómate unos minutos para hacerlo con la bebida de tu preferencia. Si te gusta el té haz lo mismo con la tetera, préstale atención a cada detalle, observa los colores que probablemente van a cambiar si haces alguna mezcla, disfruta del olor, siente el calor de la taza en tus manos, el tacto del vapor en tu cara y finalmente, a lo que vinimos, el sabor. Llévate la taza a tu rincón favorito del sofá y disfruta pequeños sorbos, una y otra vez. Probablemente sean 15 minutos, pero son 15 minutos plenos y que saben a gloria.

Una ducha plena: mientras nos duchamos entran en juego muchos de nuestros sentidos. Este ejercicio se trata de ser consciente de todo lo que pasa a tu alrededor mientras te duchas. Préstale atención a la temperatura del agua, a cómo caen las gotas por tu cuerpo, a las sensaciones del jabón, a su olor. ¿Está muy caliente? ¿Muy frío? Si quieres hacerlo aún más meditativo incluye algunas visualizaciones como por ejemplo imagina que el agua remueve esas sensaciones negativas que quizás te acompañaron durante el día. Visualiza como el poder del agua limpia esas emociones y se las lleva. Es algo sencillo pero que te trae al momento presente y te regala 5 minutos de spa, en casa.

Lápiz y papel:
¿Te gusta escribir? A mi me encanta una hoja de papel vacía y un lápiz. Me encanta la papelería y realmente un cuaderno, un lápiz o unos colores, son cosas que me traen felicidad. No sé realmente porque pero puedo pasar horas en una papelería viendo borras, sacapuntas, libros, agendas, diarios. Descubrí que, a veces, lo que necesito es dedicar unos 10-15 minutos para sentarme sola con un lápiz y un cuaderno y comenzar a escribir sin ningún objetivo concreto. No me siento y digo “Bueno, hoy voy a escribir de…” No, simplemente me siento y comienzo a escribir todo lo que se me pasa por la cabeza. Poner en papel los pensamientos que se acumulan en la cabeza es una forma de “vaciar” la mente. Todos, sin excluir. Todos y cada uno de esos pensamientos sin seleccionarlos ni escogerlos. Es como un desahogo mental. Cuando terminas, es como si te hubiesen quitado 5 kilos de encima.

Un minuto de respiración profunda:
Lo que más me gusta de este ejercicio es que es uno de esos que puedes hacer en cualquier momento durante el día. Es muy simple, el único paso es:

1. Concentra toda tu atención en tu respiración durante un minuto.

Puedes cerrar los ojos o dejarlos abiertos. Si los cierras coloca una alarma de 1 minuto y que esa sea tu señal. Concéntrate en una respiración abdominal, lleva el aire a tu vientre en lugar de al pecho y trata de respirar por la nariz. Céntrate en el sonido y el ritmo de la respiración, no trates de modificarla, simplemente obsérvala. No te preocupes si tu mente comienza a viajar a otro lugar, (lo hará) tu simplemente vuelve a llevar tu atención al ritmo y al sonido de tu respiración. Es un ejercicio que puedes hacer varias veces al día. Yo lo hago sobretodo cuando necesito recuperar claridad, cuando siento que estoy estresada o que estoy tomando decisiones en “piloto automático”. Este ejercicio me lleva a tierra.

Cuenta hasta 10: Este ejercicio no es más que pequeña variación del ejercicio anterior. En este caso no solo te centras en la respiración si no que tendrás un segundo objetivo que cumplir que no es más que contar, lentamente, hasta 10 sin que nada haya interferido en este proceso. Si en algún momento del camino te desconcentras vuelve a empezar. Si en algún momento sientes que te has puesto a pensar en otra cosa, vuelve a empezar.

No leo la mente ni mucho menos, pero estoy casi segura que será algo así:

“Uno… dos… tres… tengo que ir al mercado hoy. Ay, me distraje, otra vez”

“Uno… dos… tres… cuatro… ¡Mira voy por cuatro que bien! Oops, esto también cuenta como pensamiento. Otra vez”

“Uno… dos… tres… ahora me siento más tranquila lo voy a lograr…”

“Uno… dos… tres... cuatro… cinco… seis… siente, siente? no, es siete, lo que me recuerda las siete cosas que tengo que hacer”

“Uno… dos… tres… cuatro… cinco… seis… siete… ocho… nueve… DIEZ”.

Espero que sean de ayuda, espero que puedas probar alguno o todos! Espero que podamos seguir descubriendo simples formas de hacer grandes cosas.

Namasté,

Rosanna!