Rosanna Yoga

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Hábitos que drenan la energía

¿Te has dado cuenta que hay situaciones o experiencias en la vida que parecen llenarte de energía mientras que otras parecen dejarte sin ganas?

Todos hemos experimentado esas situaciones donde algo parece dejarnos agotados o por el contrario hemos logrado adaptar algo a nuestra vida que nos recarga las energías.

Dicen que sólo hace falta repetir algo durante 21 días para que se convierta en un hábito pero si ahora mismo te pidiera que hicieras una lista con todos tus hábitos probablemente te dejes por fuera la mitad de las cosas que haces diariamente pero no porque no quieras ponerlas en la lista si no porque la mayoría de ellas las hacemos de forma inconsciente y otros de ellos no son de los que nos ayudan a recargar sino todo lo contrario.

¿Cuáles son los hábitos más comunes que drenan nuestra energía?

No descansar lo suficiente. No importa lo que te digan, los seres humanos estamos diseñados para poder dormir y descansar. No hacerlo puede, a parte de llevarse gran parte de tu energía, deprimir tu salud física y mental.

Decir más cosas negativas que positivas o estar en un ambiente donde las personas de nuestro alrededor dicen más cosas negativas que positivas.

El querer tener la razón siempre. No hay nada que canse más que un argumento que no se acabe.

Revisar el correo electrónico cada 3 segundos (o Instagram, o Facebook).

No hacer ejercicio o cuidar de ti mismo. Extrañamente el no gastar energía, la drena. El hecho de sentir que le dedicas tiempo a todo (menos a ti) inconscientemente envía un mensaje de culpabilidad.

No practicar la gratitud o utilizar el “Filtro mental” de prestarle atención sólo a lo malo dejando de agradecer por las cosas simples. Por ejemplo: “Hoy no logré nada bueno”. Siempre, siempre, siempre, cada día logramos algo.

Pensamiento de “O todo o nada”. Cuando ves las cosas sin escalas de grises puedes tener pensamientos muy totalitarios que te dejan sin opciones y por tanto sin salida. Por ejemplo: “No tengo flexibilidad, no voy a intentar más esto”.

La sobre generalización. Cuando extiendes un pensamiento negativo a todo. Por ejemplo: “Nunca hago nada bien”.

Descalificar lo positivo. Cuando crees que algo bueno o positivo “no cuenta” en la larga lista de fracasos o cosas negativas que han pasado. Por ejemplo: “Bueno, superé el examen pero no es suficiente”.

Saltar a las conclusiones. Nuestra mente necesita cierres y cuando no las encuentra pues se las inventa. Saltar directamente a las conclusiones a veces puede hacer que demos por hecho algo que o aún no ha pasado o estamos definiendo nosotros mismos en nombre de otra persona.

Maximizar o minimizar. Cuando exageramos nuestros propios errores, maximizamos lo logros o felicidad de otras personas, mientras minimizamos nuestros propios logros.

Razonamiento emocional. Cuando asumes que tus emociones negativas reflejan la realidad. Por ejemplo: “Sentí que hice una muy mala presentación. Entonces seguramente hice una muy mala presentación”.

Los “Debería”. Decirnos constantemente “debería haber hecho esto distinto” “no debería haber ido” “debería hacer las cosas de otra manera” estos “debería” nos dejan con una sensación no haber hecho las cosas bien.

Etiquetar y etiquetar mal. A todos nos pasan pequeñas cosas durante el día que pueden considerarse eventos negativos pero cuando etiquetamos un pequeño evento negativo en algo general, nos hacemos mucho daño. Por ejemplo: “Se me olvidó enviarle un correo a tal cliente. Qué tonta soy, lo dañé todo”.

Personalización. Convertir cosas que no son personales, personales. Esta es una de las que más me cuesta pero te prometo que, cualquier cosa que pasa a nuestro alrededor no está 100% relacionado con nosotros. Todas las personas vivimos nuestra propia realidad y aunque a veces parezca que la cosa va directamente con nosotros, no es así. Somos un todo y ese todo está compuesto por billones y billones de personas y por infinitos pensamientos. Por ejemplo: “La fiesta salió mal porque yo lo hice mal”.

Todos sufrimos de estas cosas en mayor o menor escala. No estamos solos. Lo importante es que una vez que logramos identificarlos nos acercamos a la meta que es: hacerlos conscientes y alejarnos de ellos para acercarnos a otros hábitos que nos recarguen y nos hagan sentir mejor.

Vuelve a leer la lista y mira por cuales quieres comenzar para cortarlos de tu vida. Al cabo de unos días te aseguro que te sentirás con mayor energía.

Rosanna